Cristina Linares Gil, Instituto de Salud Carlos III y Julio Díaz, Instituto de Salud Carlos III
¿Qué es una ola de calor? Lo cierto es que existen al menos dos definiciones dependiendo de los parámetros que tengamos en cuenta. Podemos considerar únicamente la meteorología o podemos contemplar su impacto en la salud, una variable determinante a la hora de activar alertas y planes de prevención.
Desde un punto de vista estrictamente meteorológico, se denomina ola de calor a un episodio de al menos tres días consecutivos en el cual, como mínimo, el 10 % de las estaciones registran temperaturas máximas diarias por encima del percentil 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo de referencia vigente (1971-2000).
Se trata de una definición basada exclusivamente en la climatología histórica de cada lugar y esta definición es la misma para toda España.
Sin embargo, desde el punto de vista del impacto en la salud de las personas, una ola de calor se define como aquella temperatura máxima diaria a partir de la cual la mortalidad diaria aumenta de forma estadísticamente significativa.
En esta segunda definición, intervienen diferentes determinantes sociales que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como:
“Las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana”.
Estas fuerzas y sistemas incluyen políticas y sistemas económicos, programas de desarrollo, normas y políticas sociales y sistemas políticos.
Por tanto, en la mortalidad poblacional influyen factores socioeconómicos, demográficos, sanitarios, de infraestructuras, de urbanismo, geográficos, etc. que evidentemente varían de un lugar a otro.
Si el objetivo es determinar cómo influyen las altas temperaturas en la mortalidad, son muy importantes estos factores locales.
La citada OMS llegó en 2021 a la conclusión de que las temperaturas umbrales de definición de ola de calor deben basarse en riesgos en salud y no solo en condiciones meteorológicas.
Cuando las temperaturas umbrales no coinciden
Para la cuantificación y evaluación de los impactos en salud de las altas temperaturas en olas de calor se debe determinar, para cada zona, cuál es la temperatura umbral a partir de la cual aumenta la mortalidad de forma estadísticamente significativa y determinar a qué percentil corresponde esa temperatura en la serie de temperaturas máximas de los meses de verano.
Las temperaturas que definen una ola de calor meteorológica y el impacto de una ola de calor en salud no tienen por qué coincidir ya que representan conceptos diferentes y sirven para fines distintos.
El conflicto aparece cuando se habla de impactos en salud y se utiliza la definición meteorológica de ola de calor, algo que se ve en publicaciones científicas y en los medios de comunicación de forma generalizada, no representando fielmente el impacto en salud sobre la población.
En un estudio reciente, investigadores del Instituto de Salud Carlos III determinamos la temperatura de definición de ola de calor desde el punto de vista del impacto en salud para 182 regiones coincidentes con las zonas de meteoalerta de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que son aquellas que presentan un comportamiento climático similar.
Para determinar las temperaturas umbrales en cada una de esas zonas, consideramos la mortalidad diaria registrada en todos los municipios incluidos en cada región y lo relacionamos mediante análisis de series temporales con las temperaturas máximas diarias obtenidas de aproximadamente 1 100 observatorios meteorológicos.